NECROMANCIA. 2011




El retrato inmortaliza menos una persona que la presencia de la muerte en persona.
Jean Luc- Nancy. La mirada del retrato.
 
 
 
Exposición Horror en el Trópico. Museo del Chopo. 2014

 




































































La imagen/sombra es una imagen de la persona con la cual guarda no sólo una relación de semejanza sino de contacto. 
Victor Stoichita, Breve Historia de la Sombra.



El siglo XIX estuvo plagado por una gran fantasía respecto a la muerte gracias al poder que otorgó la invención de la Fotografía. El método tan preciso y fiel, genero asombro, temor, y en ocasiones fue utilizado para alimentar la creencia en las mesas giratorias y sesiones espiritistas; con el fin de intentar mantener contacto con los muertos. Según Geoffrey Batchen incluso varios periodistas de la época describían los procesos de Daguerre y Talbot como Necromancia (comunicación con los muertos).

Una de las aplicaciones de la fotografía que quizás mayor impacto me produjo inconscientemente, fue la que alguna vez leí respecto a que en el año de 1890, según Rosalind Krauss, surgió un tipo de fotografía post-mortem donde se volvía a positivar una fotografía tomada en vida del sujeto usando sus cenizas, lo que supondría un retrato entero compuesto por la persona representada. No es de extrañar este proceso de "invocación" o "conmemoración" de los muertos dentro del siglo XIX, ya que así mismo, una práctica menos difundida fue la que consistía en enmarcar fotografías del difunto casi como un altar junto con una pequeña porción de sus cabellos, nuevamente con la idea de generar una presencia metonímica de los sujetos.


Estas imágenes son el resultado de fotografiar la sombra de distintos personajes que fueron retratados en vida durante el siglo XIX. La manera de realizar mis retratos consistió en recortar a partir de fotografías de la época a distintos personajes, una vez que logre materializar nuevamente los cuerpos de los sujetos, como una imago; me dediqué a fotografiar la sombra proyectada en la pared que emanaba de sus cuerpos.

En aquel momento sentí que su presencia se manifestaba ante mi de forma tan real como habían sido en vida, por que al momento de extraerlos del plano de la fotografía, sus dimensiones como sujetos autónomos volvía; lejos del papel, de la carga ideológica de la fotografía, y del espacio- tiempo (el instante permanente de la fotografía) al que han pertenecido por más de un siglo como imagen. Nuevamente se convertían en sujetos ante mi cámara.

Con este acto pretendo generar un documento tan real como sea posible sobre la presencia de los personajes, un retrato en negativo, donde siguiendo a Victor Stoichita la representación basada en la sombra hace presente lo ausente. En ese sentido la sombra eterniza la presencia bajo una imagen que nos remite a la muerte. La impronta de los sujetos en estas fotografías me parecen emanar de la oscuridad, como una alusión de los cadáveres que emergen de la tierra. Al igual que un arqueólogo es testigo al momento que desentierra los restos del pasado y se sumerge en el inframundo, me siento como un observador de la muerte que participa en la memoria de estos sujetos fallecidos.

Todas las imágenes: Fotografía digital. Impresión gicleé sobre papel algodón.